Adaptarse
Hoy, quiero hablaros de un libro extraordinariamente humano y sensible: «Adaptarse» de Clara Dupond-Manod.
Esta novela explora la historia de una hermandad que se enfrenta a la llegada de un niño discapacitado, que permanece silencioso e inmóvil. En tres historias distintas, la autora destaca el impacto de la familia en nuestras vidas, presentando tres personalidades, tres perspectivas y tres reacciones diferentes.
Además de haberme conmovido por su lado profundo y emocional, este libro también me recordó a las Constelaciones Familiares y Sistémicas. En este artículo expongo tres puntos de esta práctica.

I. Los roles en la familia
Al tratar la llegada de un recién nacido y su diferencia en una familia, la autora pone en evidencia el impacto de los lazos fraternos en nuestra identidad.
Ya sea como el hermano mayor responsable, el madiano rebelde, el menor altruista o el único hijo, nuestra posición en la familia influye en nuestra personalidad. Las constelaciones familiares nos ayudan a entender nuestro papel y los ajustes que hemos tenido que hacer. Esta toma de conciencia nos permite soltar lo que ya no nos sirve, con respeto y humildad.
II. Las piedras rojas
En el libro de Clara Dupond-Manod, las piedras rojas narran las historias de los personajes. En cambio, en una sesión de constelaciones familiares y sistémicas individual, son los objetos los que cuentan tu propia historia, tus sentimientos y emociones.
¿Cómo?
Primero, identificamos juntos el tema que uno desea abordar. Luego, definimos los «representantes», que son objetos que simbolizan a los miembros del sistema (Para obtener más detalles sobre el sistema, te recomiendo que leas el artículo «La constelación sistémica»). El constelado luego coloca estos elementos en una bandeja y sus orientaciones e interacciones nos ayudan a entender el origen del conflicto.
Los objetos son elegidos por usted y «escuchados» de manera intuitiva, expresando sus relaciones con los demás y consigo mismo a través de sus colocaciones en el tablero.
El terapeuta guía paso a paso, haciendo preguntas que ayudan a expresar sentimientos y tomar conciencia gradualmente. Esta toma de conciencia es el primer paso hacia una liberación que puede o no, ocurrir durante la sesión.

III. El niño interior
Como en el libro que evoca la infancia de los personajes, durante una sesión de constelaciónes familiares y sistémicas, es posible volver a conectar con el niño que éramos. Las pruebas de la vida, los no dichos, los traumasy los eventos significativos de nuestra infancia pueden revelarse.
El niño interior se hace presente en la constelación familiar, permitiendo reconocerlo, escucharlo y darle un lugar en nuestro ser. Aunque no cambia el pasado, nos ayuda a comprender las necesidades no satisfechas de nuestro niño interior. Esto brinda la oportunidad de resolver conflictos internos y avanzar con mayor serenidad en la vida adulta.